Aurorita de mis ojos durante su participación dentro de la Selección Oficial del pasado Höga Kusten Filmfestival recibió una grandiosa crítica realizada por Kirk Fernwood, reconocido crítico internacional. Queremos compartirla con todos ustedes en español, quien desee leer la original al finalizar el artículo encuentra toda la info. Disfrútenla:
PRIMERO, EL RESUMEN:
Devoción, determinación, fijación inquebrantable. Podemos perseguir esas cosas que significan nuestro mundo con pasión que todavía está contenida dentro de la razón, controlada, incluso admirada y buscada por aquello en cuestión. Sin embargo, también puede pasar esa situación cuando solo se necesita un momento crítico para cambiar una obsesión casi juguetona y convertirla en una manía aterradora que lo abarque todo, cuyos resultados pueden ser menos que favorables para cualquiera que esté involucrado. En la belleza de un campo extranjero, reside un hombre llamado Raúl (Edgar Duran, Jr.), un campesino sencillo y trabajador que recientemente encontró el amor de su vida en la bella Aurorita (Paola Rodríguez Olaya), con quien se encuentra en la finca en la que está trabajando.
Su romance que disfrutan mutumente, evidente al principio, inexplicablemente se rompe, las circunstancias son lo que son y la felicidad se desvanece de la vida de Raúl. En un momento posterior, los dos encuentran que sus caminos se cruzan en un giro inesperado de acontecimientos y finalmente se embarcan en un viaje con el telón de fondo de los paisajes de Cundinamarca, pero con una sensación de vacilación para la que Raúl especialmente, no está preparado. Recuperándose de una pérdida reciente, Aurorita se encuentra en un estado mental desaliñado y emocionalmente vulnerable, apenas es capaz de controlarlo. Mientras que el único recurso de Raúl es evadir los intentos para aligerar la atmósfera entre ellos sin tener en cuenta el estado mental y emocional que ella proyecta hacia él quien se encontraba chocado. La pregunta pronto será: ¿la mente fracturada de Raúl y su corazón desesperado harán que el destino del amor brille o se desvanezca aún más en la oscuridad?
A CONTINUACIÓN, MI MENTE:
Las lecciones de obsesión, deseo equivocado, aferrarse a lo que necesitamos dejar de lado, la impotencia, la desesperanza, el quebrantamiento y el amor honesto, crudo, apasionado y peligroso por alguien son todos los elementos temáticos que se exploran a través de este cortometraje independiente de 24 minutos de la guionista/directora Natalia Chinchilla y el guionista/productor Bernardo Chinchilla, proyectado en el Festival de Cine High Coast 2019 patrocinado y/o en asociación con Illambra, Kramfors Kommun, Film Vasternorrland, Europeiska Unionen, Region Vasternorrland, Lansstyrelsen Vasternorrland y NBV.
Contada tanto en tiempo real como a través de flashbacks que se utilizan diligentemente para ilustrar los mejores días que ocurrieron entre dos jóvenes enamorados, la narración es de ritmo rápido y no pierde tiempo en establecer el hecho de qué tan a menudo, cuando los lazos cercanos se rompen abruptamente, luego igual nuevamente reunidas, las personas durante la separación cambian de comportamiento y cómo perciben su conexión, generalmente desenboca en el deterioro potencial de al menos una de las dos partes en cuestión.
Es entonces en esta coyuntura donde comienza la incomodidad, las acusaciones vuelan, y la profundidad del anhelo y el dolor de un individuo hacia el otro sale hirviendo a la superficie, como se muestra aquí cuando surgen los sentimientos de Raúl que permanecen completamente dentro de su mente y su alma ya atribulada, con un tiempo menos que oportuno instigando una serie acalorada y posiblemente dañina de conversaciones y eventos entre él y aquel que nunca podrá olvidar o permitirle seguir adelante. Lo que éste crítico sintió es que la importancia realmente impactante de esta película fue el hecho de que nos obliga a nosotros como espectadores a pensar más allá de lo que esta narración en sí misma representa, sino que seamos honestos con nosotros mismos en lo relatable que es en muchos niveles cuando se trata de la proclividad tan humana, lo que no podemos tener, incluso después de que se haya ido, y permitir que se convierta en una fuerza que afecta negativamente nuestra existencia, un dolor constante que siempre está ahí, incluso si no se manifiesta a los niveles mostrados aquí. Esta es una historia de advertencia sin lugar a dudas, siempre ha sido la belleza del cine independiente en su voluntad de abordar la naturaleza de la humanidad de una manera sin complejos, incluso hasta el punto de recordarnos cosas con esta magnitud de obsesión y las ramificaciones las cuales pueden no ser tan poco realistas como pensamos o deseamos reconocer. Siempre queremos mantener la imagen ideal de alguien en nuestras mentes, incluso si la realidad ha cambiado.
Ahora, es cierto que hay otros factores particulares que impulsan los elementos temáticos aquí cuando se trata del comportamiento de Raúl, pero no elimina las nociones anteriores desde la perspectiva que nosotros como espectadores podemos tomar de esta película. Además, ofrece un final impactante que retrata una neblina de caos sobre la volatilidad de los origenes del encuentro entre Raúl y Aurorita. Durán está absolutamente comprometido con su papel de Raúl, un hombre de vida y gustos básicos que según vemos no tiene problemas para trabajar duro, para abrirse camino en el mundo. Conocer al amor de su vida mientras trabajaba en una granja, crea un maravilloso edificio de amistad y amor que parece ser uno que durará toda la vida. Sin embargo, cuando ocurren acontecimientos que separan a la pareja, todo el significado de Raúl en la vida junto con problemas mentales imprevistos lo llevan por un camino mucho menos atractivo que luego hace que lo que podría haber sido una reconciliación más amistosa con Aurorita vaya decisivamente hacia el sur, que conlleva a la culminación de su ira, resentimiento, pero su inquebrantable devoción hacia ella hacia una espiral fuera de control. El celo y la gravedad de Durán que le presta al personaje son palpables a lo largo de la película, tanto en tiempos de ternura como de confusión, una actuación digna de principio a fin.
Ni remotamente actuando el “papel secundario” Rodríguez Olaya y su poderoso y legítimo giro como el personaje dueño del título de la película, es una mujer amorosa que disfruta del corazón de Raúl desde el momento en que la ve por primera vez hasta los momentos de intimidad que comparten en una vida que parece estar conectada. Sin embargo, con el tiempo, la aparente disminución de Raúl en la conciencia y la capacidad de pensar con claridad arroja una llave en su “para siempre”, rompiéndolos. Cuando se produce el encuentro inesperado con Raúl, hay una alegría inicial de su parte que rápidamente se convierte en una frustración abrumadora y una furia absoluta cuando él comienza a presionar demasiado para reavivar lo que ya no existe entre ellos, solamente más desalentador debido a las circunstancias que ella está enfrentando y a la nueva vida que ha hecho para sí misma. La forma en que elige manejarlo todo al principio parece comprensible, pero luego se angustia cada vez más, y el resultado alterará su vida para siempre. Es una actuación apasionada, creíblemente entregada, tangiblemente conmovedora y desgarradora al mismo tiempo, un testimonio de las habilidades de actuación de Rodríguez Olaya.
Los turnos de apoyo llegan a través de personajes satelitales interpretados por Marcela Pinilla y Jhon Alveiro Montaño. En total, “Aurorita de mis ojos” es una película independiente por excelencia que, una vez más, destaca la belleza y la fragilidad de la capacidad humana de amar a alguien sin lugar a dudas, y al mismo tiempo no tener la voluntad de soltarlo cuando es necesario, aunque nunca lo desee desde el principio. Es un drama intenso y arraigado que sin duda merece atención y esperamos que tenga su día en el HCFF 2019.
Kirk Fernwood
Traducida al español por Bernardo Chinchilla
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Aurorita en el festival: www.hogakustenfilmfestival.com
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